Tránsito aéreo – Reseña

de 1 a 360–150 mins12+ años

Si te digo que estamos ante un eurogame de peso medio-ligero, que cuenta con modo competitivo y cooperativo y que, aunque se basen en una mecánica única, bien podrían ser juegos diferentes… ¿no te parece que estamos ante un juego muy original. Pues agárrate porque en Tránsito aéreo tendremos que repartir pasajeros por el mundo tan rápido y eficazmente como sea posible. ¡Volamos!

¿De qué va?

En Tránsito aéreo los jugadores deberán gestionar sus propias aerolíneas. Al menos en el juego competitivo -del que ya daremos alguna pincelada en las siguiente sección-, pero como aquí trataremos su versión cooperativa, todos uniremos fuerzas desde la misma aerolínea para crear la red de vuelos que nos permita llevar a todos los pasajeros a su destino.

Mecánicas y juego

Tránsito aéreo es un eurogame que cuenta con cartas y meeples como principales componentes para ejecutar sus mecánicas. En el modo cooperativo (que será el modo que aquí trataremos) los meeples representarán pasajeros que desean alcanzar un objetivo. Para ello deberemos confeccionar rutas aéreas por medio de cartas de modo que podamos llevarles hasta su destino.

Al comenzar la partida se generarán al azar (mediante el robo de cartas) veinte pasajeros en el mapa. Estos pasajeros caerán en una ciudad de un continente al azar y el color que luzcan nos indicará el continente al que quieren viajar. Así los meeples amarillos tienen como destino Europa, los rojos tienen como destino África,… Sabiendo que es válida cualquier ciudad/país dentro de dicho continente.

Construyendo nuestra aerolínea y sus rutas

Aunque nada más empezar recibiremos gratis cartas suficientes para crear nuestra primera ruta, a lo largo del juego deberemos pagar (de un dinero común) por las cartas que nos servirán para confeccionar las rutas. Estas cartas serán: aeropuertos, cartas de pasajero y aviones. Pero deberemos tener en cuenta dos cosas fundamentales: hay que comprar combustible para los aviones (fichas que ofrecen diferentes cargas, pues dependiendo la ruta nos pedirá más o menos combustible) y que necesitamos un aeropuerto de origen y uno de llegada.

Las reglas de construcción de cada vuelo (que no detallaremos en profundidad) son relativamente complejas y exigentes, pero hay que comprender que son el núcleo de la jugabilidad que ofrece Tránsito Aéreo. Tendremos que tener en cuenta el «nivel» de cada parte del juego, el destino que muestra la carta de pasajeros comprada, la cantidad de combustible, y la posibilidad de hacer vuelos enlazados. Esto último será lo que nos permita optimizar el dinero invertido para mover pasajeros entre diferentes destinos en un sólo turno.

Las opciones que nos acercarán a la victoria

Comprar un avión es necesario. Pero comprarlo eléctrico es una decisión que puede salvarnos la partida. Y es que los aviones eléctricos, aunque más pequeños y más caros, nos permitirán hacer viajes sin gastar combustible. Un ahorro a la larga que bien justifica su elevado precio. Sólo debéis tener en cuenta que el máximo de pasajeros que puede moverse con este avión es menor que con los convencionales. Son ideales para el segundo viaje de una escala o como ruta alternativa.

Otra herramienta sin la que es imposible ganar, es la utilización de vuelos chárter. Estos vuelos nos permitirán mover pasajeros dentro del propio continente a cambio de una pequeña cantidad de dinero. De esta forma podremos agrupar meeples con el mismo destino para optimizar nuestras rutas. El lado malo, es que cada uso que se hace de uno de estos vuelos incrementa el siguiente, por lo que al final no resultan tan baratos.

El juego no te dará tregua

Si todo consistiera en colocar a los pasajeros iniciales en sus destinos, la cosa sería bastante llevadera. Pero cada turno sacaremos nuevas cartas de generación de pasajeros, y en un periodo de cuatro rondas (la partida dura diez rondas exactamente) esas cartas se extraerán de un mazo que genera más pasajeros de lo normal. Podéis imaginar que se pone complicado dar abasto.

Así, la estrategia principal del juego no consistirá tanto en hacer los vuelos adecuados para llevar a los pasajeros a sus destinos (que es lo obvio) si no en conseguir un equilibrio entre dos cosas menos obvias. Una de ellas será las cartas de aeropuerto y pasajeros que compra cada jugador, y que define las rutas que puede cubrir. La otra es pensar cuidadosamente las posibilidades de repartir meeples – al mismo tiempo que llevamos a otros a su destino, o como parte de vuelos con escala- de tal forma que los dejemos en el radio de acción de otras rutas que más tarde los puedan recoger. Todo un reto.

Materiales y arte

Ni un pero a los materiales en los que se presenta el juego, haciendo especial mención a las fichas de madera (meeples de buen tamaño, avioncitos de madera y muchas fichas representando aeropuertos) que son muy bonitas y coloridas. Buena calidad también en lo referente a las cartas y a los dos tableros que incluye. También es digno de mención el detalle de ofrecer una versión reducida en la parte trasera del tablero principal (el que lleva impreso el mapa del mundo) para aquellos que dispongan de menos espacio en mesa.

El apartado artístico es más probable que no guste a todo el mundo. A pesar de lo colorido y bien organizado que están los tableros, en los que todo tiene su lugar bien definido y la simbología resulta clara e intuitiva, las ilustraciones empleadas en algunas cartas resultan algo desconcertantes. En todo el juego el arte es bastante funcional y «minimalista», pero de repente, en las cartas donde se representan a personajes o pasajeros, se utiliza una suerte de ilustraciones que parecen ser fotografías retocadas con estilo pictórico, que podríamos pensar que han sido incluso generadas por IA. Desde luego, no he conseguido encontrar ninguna referencia e ellas en los porftolios de los dos artistas acreditados. Probablemente su trabajo se haya centrado en la ilustración de portada (esa sí es una ilustración pura y dura) y en el diseño gráfico e ilustraciones del resto del juego.

Cooperación

Una de las mejores cosas que puede decirse de este Tránsito Aéreo, es que más allá de las mecánicas básicas (las que se refieren a la creación de vuelos, sobre todo) el esqueleto jugable del modo competitivo y del cooperativo son completamente diferentes. Lejos de ser un «apaño» – algo que hacen otros títulos a la hora de incluir un modo cooperativo o solitario-, los diseñadores han creado un verdadero juego cooperativo a partir de la base que se tenía para el modo competitivo (que a todas luces parece ser el modo original).

Y podemos aseguraros que el cooperativo es MUY cooperativo. A pesar de tener que pasar por ajustes poco intuitivos (como el hecho de que todos las cartas de pasajero cuesten 10 monedas, en vez del valor que viene impreso, o que no pueda contarse con las cartas de pasajero de tres estrellas), hay que reconocer que todo encaja bien y cobra sentido en cuanto empezamos a organizar nuestras primeras rutas.

Es posible que, como no ocurrió a nosotros, que incluso en el nivel más fácil nos parezca imposible la victoria. Y es que en este título es absolutamente vital comprender lo importante que es pensar en los demás jugadores y en las rutas que son capaces de hacer para acercar a los pasajeros al mismo tiempo que llevamos a los nuestros a destino. Nada fácil todo esto.

Y descubriremos (quizá por las malas) lo extremadamente importante que es compartir nuestros planes en la fase de creación de vuelos, o podremos vernos sorprendidos a la hora de aplicarlos por movimientos de nuestros compañeros, que moverán un pasajero de ubicación con el que nosotros contábamos.

Conclusiones

Si te gustan los cooperativos y al mismo tiempo te sientes huérfano porque casi todos son juegos temáticos y lo tuyo son los eurogames, creo que aquí tienes un producto bastante potable. Muy exigente, muy cooperativo y con bastantes partidas por delante, pues sus niveles de dificultad siempre son un reto. Además, la aleatoriedad a la hora de situar tanto los pasajeros iniciales como los que van apareciendo durante la partida, le da al juego una re-jugabilidad mayor de lo que parece en un principio.

El hecho de intentar nadar y guardar la ropa (ofrecer versión competitiva y cooperativa) es en este caso una verdadera ventaja, pues no supone un menoscabo para ninguno de los dos modos, y es realmente disfrutable en ambos. Quizá, la peor cosa que se pueda decir sobre esta adaptación, es la pérdida en el rango de jugadores, ya que el competitivo se establece en 2-5 jugadores y el cooperativo es simplemente de 1 a 3 jugadores.

El mayor inconveniente de Tránsito Aéreo está en que su temática mantenga a muchos jugadores alejados o los saque tras un primer acercamiento. Su dificultad, que en un comienzo puede resultar frustrante y requiere de un verdadero análisis sobre la estrategia a seguir, es el segundo gran escollo que el jugador medio puede encontrar para seguir adelante con el juego. Y dos escollos pueden resultar demasiados para este tipo de juegos.

PROS
  • Un modo cooperativo que está lejos de ser un mero apaño
  • Su dificultad siempre nos ofrecerá un reto mayor
  • Tener un modo competitivo que parece OTRO juego
CONTRAS
  • Exige una implicación a la que no todo el mundo estará dispuesto
  • Un arte muy desigual

6,8


Si te gustó el contenido, ¡puedes apoyar a Coop-Land!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Consentimiento de Cookies con Real Cookie Banner